Tan inmenso es el dolor,
tan tremendo, tan austero...
No quiero huir, me quedo ahí,
en vos...
Mañana voy a verte dormir,
mañana tal vez no exista mañana,
por eso te invento:
renazco en vos y en mí,
en vos y en mí,
en nosotros, de ayer de hoy del nunca del sin-sentido del-sin-vos.
Por suerte ya no hay vacío,
todo esta lleno de tu ausencia
y se colman los rincones de presencia,
rescato los recuerdos de la hoguera,
salvo los besos del olvido,
nos beso, nos veo, nos siento,
nos huelo, nos enamoro.
Ordeno el dormitorio,
pongo los retratos en el escritorio,
escucho nuestras canciones,
porque estás por venir,
preparo el mate amargo,
(tanto te gusta contra-restar la dulzura)
Escribo las notas que adeudo,
empiezo a sonreír ya no tengo por qué huir
¿y a dónde iba a huir?
camino lento, no hay urgencia,
en vos y en mí
en vos y en mí
en nosotros, agradezco el nuestros…
Y ahora lloro repentinamente,
y el dolor es tan inmenso,
tan inmenso que alcanza para el alivio,
el alivio de quererte,
de que quede la estela de tu ausencia
y no te hayas ido,
y que mi espera persista en el dulce todavía…
3 comentarios:
Creo que no puedo aportar más que un suspiro.
que manera de sufrir...
no?
te felicito
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